El primer semestre de 2018 registra el menor número de nacidos desde 1941
La cifra de fallecimientos también es la mayor desde aquel año, cuando el INE comenzó su recopilación de datos en España
El declive demográfico natural de España ha alcanzado un máximo histórico, según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados EL 11/12/2018. En la primera mitad de 2018 solo hubo 179.794 nacimientos en España, la cifra más baja para un primer semestre desde que empieza el registro del INE en 1941 —y un 5,8% menos que el mismo periodo del año anterior—.
Además, aumentan las muertes: en este tiempo fallecieron 226.384 personas, la cifra más alta desde 1941 (cuando la población de España era de 26 millones). El balance de nacimientos restadas las defunciones, conocido como el crecimiento vegetativo, queda en -46.590, un mínimo que supone un récord de la serie histórica.
Esta tendencia demográfica negativa comenzó en 2015 y se proyecta hacia el futuro, con una pirámide de población en la que se estrecha la base y se ensancha la punta. Los alumbramientos cayeron con respecto al año pasado en todas las comunidades autónomas, pero los descensos más fuertes se registraron en La Rioja (–13,7%), Extremadura (–10,3%) y Cantabria (–7,8%).
Una razón es que ahora están en edad reproductiva las mujeres nacidas a partir de 1978, "una generación corta" que nació en un momento de baja fecundiad. Desde 1981, la natalidad en España está por debajo de 2,1 bebés por mujer, la mínima para garantizar el reemplazo generacional. En España, la cifra es ahora 1,3, aproximadamente. Esta alteración del equilibrio demográfico resulta en un envejecimiento progresivo de la población, que cada vez ejerce mayor presión sobre los jóvenes trabajadores.
La edad en la que las parejas tienen su primer bebé se retrasa cada año y, con ella, cae también la probabilidad de tener más hijos. "Durante el año 2017 la edad media a la primera maternidad era de 30,8 años, y para las mujeres de nacionalidad española casi un año más", Para Daniel Devolder, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona "el aumento de la edad a la primera maternidad es el principal problema en España que está bloqueando la fecundidad". Según él, este dato explica gran parte del descenso de los nacimientos incluso cuando la media de hijos que tiene cada pareja no ha cambiado mucho en los últimos años.
La natalidad en España registró un máximo en tres décadas en 2008, con 519.779 nacimiento, desde entonces la crisis económica redujo drásticamente la fecundidad de los trabajadores temporales y parados, aunque no tanto la de trabajadores con contratos fijos.
A pesar del crecimiento vegetativo negativo, la población de España, de unos 46,6 millones, está en aumento por la inmigración. Uno de cada cinco bebés que nació en España durante la primera mitad de 2018 fue hijo de una madre extranjera.
Para Joaquín Arango, catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, entre 2000 y 2010 hubo una entrada muy significativa de migrantes a España. El balance vegetativo mejoró con los nacimientos de madres extranjeras en ese periodo, pero ahora que se ha ralentizado la inmigración, no es suficiente para compensar la mortalidad.
El declive demográfico se acelera en España con una cifra récord de mortalidad
El número de fallecimientos en 2017, el más elevado desde 1941, superó en más de 31.000 el de nacimientos
Nunca se habían registrado tantos fallecimientos en España como los que avanzan los datos provisionales publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2017 fallecieron 423.643 residentes en España, la mayor cifra desde 1941, cuando arrancó la serie histórica, y un 2,3% más que en 2016. Las muertes superaron además a los nacimientos, que fueron 391.930, un 4,5% menos que el año anterior. En consecuencia, se produjo un saldo vegetativo negativo que no es el primero —ya ocurrió en 2015— pero que también marca un récord, con una diferencia entre nacimientos y fallecimientos de -31.245.récord, con una diferencia entre nacimientos y fallecimientos de -31.245.
La tasa de fallecimientos por cada 1.000 habitantes fue de 9,1, un dato que también se alcanzó en 2003 y 2015. Lo llamativo es que alcanzan un máximo histórico en términos absolutos y no se ven compensados por los nacimientos. Pau Miret, sociólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona cree que desde 2016 se ha producido un cambio de rumbo en la demografía española, aunque los datos del Movimiento Natural de la Población son aún provisionales. El también investigador del Centro de Estudios Demográficos cree que esta tendencia hacia un crecimiento vegetativo negativo continuará “hasta que muera la última generación del baby boom, los que nacieron en los años sesenta y hasta aproximadamente 1976. Sencillamente porque hay más gente de edades avanzadas”
Ha caído por tanto el número de mujeres en edad de ser madre, pero también hay menos con una situación favorable para tener hijos. La precariedad laboral y la inseguridad económica originada por la crisis han reducido la tasa de natalidad, como señala Miret. “Ahora las parejas o las mujeres atrasan la hora de tener hijos a la espera de tiempo mejores, lo que también ha reducido la edad media a la maternidad”. Según los datos, las mujeres que dieron a luz en 2017 tenían una media de 32,1 años, cuatro por encima de los 28,5 de 1976 y una décima más que hace un año. Las españolas tenían una media de 32,6 años, mientras las extranjeras residentes en España tenían 29,7. La edad media de la primera maternidad se situó en los 30,9 años, la mayor de la serie.
“Tormenta perfecta”
El cambio cultural ha disminuido los nacimientos y ha retrasado la edad media de la maternidad. Pero el factor que más negativamente pesa es el desempleo y la temporalidad”, coindice también Arango. “Si no cambia esto, la natalidad no crecerá. En España este es el peor cóctel para la fecundidad y unido al acceso a una vivienda hace pensar que España está en medio de la tormenta perfecta”, añade.
CINCO AÑOS DE VIDA MENOS, SEGÚN DONDE SE NAZCA
La esperanza de vida al nacimiento de media en España continúa en los 83,1 años, la misma que en 2016. Los datos del INE son diferentes para hombres (80,4 años) y mujeres (85,7). Según las estadísticas provisionales, una persona que alcanzó los 65 años en 2017 llegará a vivir, de media y previsiblemente, 19,1 años más si es hombre y 23 si es mujer.
El lugar de nacimiento influye en la esperanza de vida y la media puede llegar a variar hasta cinco años según la comunidad autónoma. Mientras que en la Comunidad de Madrid la esperanza de vida al nacimiento alcanzó los 84,5 años en 2017 —el valor más alto en España—, en la ciudad autónoma de Ceuta la media se situó en 70,4. A Madrid le sigue la Comunidad Foral de Navarra y Castilla y León, ambas con 83,8 años, y La Rioja con 83,6. En los últimos puestos de la tabla y por encima de Ceuta, están Melilla con 80,4, Andalucía con 81,8 y Extremadura con 82,3.
El catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid Joaquín Arango explica esta “paradoja” como una consecuencia del aumento del envejecimiento en España. “Pese a que la esperanza de vida es mayor a causa de los avances científicos, la mortalidad elevada se explica por el aumento del número de mayores. Lógicamente, cuantas más personas haya, mayor será el número de defunciones”, explica.
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